Usos y creación del Caballo Azteca

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El Caballo Azteca: La Identidad Ecuestre de México

La revolución que tuvo lugar en México entre 1910 y 1920 dejó al país sin caballos con una identidad propia. Este fue el principal motivo por el que en 1969 comenzó el proyecto del Caballo Azteca. Se buscaba conseguir una raza que representara al país a nivel mundial. Fue así como en 1982, un cruce de un pura raza española con un cuarto de milla dio lugar al Caballo Azteca, que se convirtió oficialmente en el caballo nacional de México.

México es uno de los países en donde la relación hombre-caballo está muy arraigada. El gusto por los caballos no se limita a ninguna clase social ni a ningún oficio o profesión. Los caballos en México se pueden encontrar en cualquier esquina, sin importar si es una ciudad o un pueblo. Puedes encontrar razas de todo el mundo pisando tierras mexicanas, pero lo que no podías encontrar era una raza mexicana pisando suelo mexicano.

Fue por todo esto que en 1969, en la Escuela de Jinetes de Texcoco nació la idea de conseguir una raza de caballos propias. Con esto, México completaría al fin la construcción de su identidad ecuestre. La cría del Caballo Azteca fue promovida a partir de 1972 por el gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Agricultura. Dos años más tarde, en 1974, los criaderos pioneros constituyeron el que está considerado como el primer club del Caballo Azteca. Aunque no sería hasta ocho años después, en 1982, cuando los Caballos Aztecas obtendrían de forma oficial el título de caballos nacionales de México.

Para crear una raza mexicana, primero tenían que conocer las necesidades del pueblo mexicano. Fue así que el Caballo Azteca se creó bajo tres principios:

1. Charrería: El deporte nacional por excelencia. El Caballo Azteca debía cumplir las expectativas de este deporte tradicional mexicano.

2. Caballo de trabajo y ocio: El mexicano debía tener un caballo en el que por las mañanas pudiera ir a trabajar su ganado y por las tardes pudiera salir a pasear elegantemente.

3. Competencias de doma clásica y baile: El Caballo Azteca debía ser apto tanto para las competencias de doma clásica como para las competencias de baile, populares en México.

Estos tres principios fueron difíciles de conseguir, ya que ninguna otra raza en el mundo ofrece esa versatilidad. Todo esto fue posible gracias a la combinación de tres sangres o razas en el Caballo Azteca: el cuarto de milla, que le aportó todas las cualidades para trabajar en el campo; el pura raza española, que le otorgó elegancia y movimientos para la doma clásica; y el criollo mexicano, que sirvió como base para equilibrar todas las cualidades del Caballo Azteca.

El resultado de aquel mestizaje fue un caballo fuerte, noble, con un cuerpo compacto y elegante. Su cabeza presenta líneas rectas con unos ojos expresivos y un cuello musculoso y arqueado. Acepta todo tipo de capas de pelaje, aunque las más frecuentes son los recintos, colorados, alazanes y tornillos.

En 1992 se creó la Asociación Internacional del Caballo Azteca, que a día de hoy tiene más de un millar de ejemplares registrados tanto en México como en otros países, como Estados Unidos y Canadá. A lo largo de su vida, un Caballo Azteca debe superar dos controles: uno a los siete meses para obtener el certificado de nacimiento y otro a los tres años para conseguir el certificado como reproductor. Sin estos trámites, los criadores no pueden conseguir el registro final.

En resumen, el Caballo Azteca sirve principalmente para darle identidad ecuestre a México a nivel mundial. Además, es utilizado en la charrería, en el trabajo del campo, en la alta escuela y en las competencias de baile. Es un caballo versátil que ha logrado conquistar a los mexicanos y a los amantes de los caballos de todo el mundo.

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