Recuperando confianza en una potranca maltratada

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Bienvenidos a Código Equino, donde hoy les presentamos el caso de una potranca que ha sufrido maltrato durante su doma. En este artículo, exploraremos el cambio radical en su manejo y los resultados que se pueden obtener al mejorar el trato hacia este animal.

La potranca en cuestión es llamada «La Última Cena». Es un ejemplar con gran potencial para convertirse en una campeona, pero el abuso al que ha sido sometida en su entrenamiento la ha vuelto extremadamente nerviosa, representando un peligro tanto para las personas a su alrededor como para sí misma.

La historia de «La Última Cena» comienza en el criadero del señor Estrada en Boyacá. Desde su nacimiento, se ha destacado por su rapidez y por tener un temperamento extremadamente nervioso. Fue enviada a un entrenador que utiliza métodos tradicionales y violentos para domar caballos. Estos métodos incluyen el uso de garrochas y maletas para someter a la potranca.

Desgraciadamente, estas prácticas obsoletas y violentas solo perjudican al caballo sin lograr ningún resultado positivo. Conocer el comportamiento de los caballos y trabajar en base a ello es crucial para evitar estas prácticas dañinas.

Como resultado de este trato, «La Última Cena» comenzó a deteriorarse. Ya no podía ser montada y trabajar con ella se volvió una tarea complicada. Era un animal de gran calidad, pero su violencia y rechazo hacia los humanos estaban arruinando sus perspectivas.

El objetivo principal al traerla a nuestro centro era recuperarla tanto física como emocionalmente. Queríamos que volviera a confiar en los humanos y convertirse en un caballo seguro que no lastimara a quienes la cuidaban. Para lograr esto, comenzamos trabajando con ella en manadas, permitiéndole un tiempo de adaptación y demostrándole que éramos amigables. poco a poco, con cariño y paciencia, logramos que cediera y comenzamos el proceso de doma.

Es importante mencionar que solo montamos a «La Última Cena» cuando está relajada y lista para ello. No podemos esperar lograr avances si recurrimos a la agresividad. Para que ella acepte ser montada, debemos tomarnos el tiempo necesario y acostumbrarla a que la toquen en diversas partes del cuerpo.

Utilizamos métodos como collares dilatados para ayudar a controlar su excitación y observamos su estado de ánimo durante el proceso. Si está muy excitada, esperamos a que se relaje antes de continuar. Además, es esencial gratificarla con caricias y palabras suaves después de cada trabajo realizado. El castigo no debe ser el hambre o la privación de comida, sino el esfuerzo y trabajo adicional para lograr el objetivo deseado.

La violencia en la doma de los caballos no conduce a resultados positivos. En lugar de entrenar caballos peligrosos, debemos trabajar para tener animales seguros y confiables. Solo a través del conocimiento del comportamiento equino y el trato adecuado podremos tener éxito en la doma y disfrutar del talento y potencial de estos majestuosos animales.

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