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En este artículo, te presentaré un interesante contenido sobre la doma y entrenamiento de yeguas de silla. En esta ocasión, nos encontramos en Llano Grande junto a Gabriel Duque, un experto en caballos y un gran amigo. Estamos aquí para asesorar a una yegua que acaba de parir un potro de doble siete de la Macarena.
Es importante mencionar que esta yegua ha estado alejada del adiestramiento durante un tiempo debido a su embarazo y reciente parto. Por eso, es fundamental volver a trabajar con ella y llevarla de nuevo por el camino correcto. En este proceso, la primera tarea que llevaremos a cabo es un calentamiento para que la yegua NO pierda el entrenamiento previo.
Las yeguas, al igual que cualquier otro animal, necesitan mantenerse activas y en constante entrenamiento. Aunque estén preñadas o recién paridas, no debemos descuidar su adiestramiento. Al contrario, debemos estar atentos a ellas y realizar ejercicios básicos como ensillarlas o darles montadas suaves, sin olvidar la presencia del potro.
Una de las principales razones para hacer esto es para familiarizarla nuevamente con la silla y acostumbrarla a los movimientos y presiones que esta le genera. Este proceso debe ser realizado con mucho cuidado y paciencia, evitando generar estrés o miedo en la yegua. A medida que nos familiarizamos nuevamente con el proceso de ensillado, la yegua podrá retomar su rutina de trabajo de una manera más cómoda y confiada.
Es importante recordar que cada yegua es diferente, por lo que los tiempos de adaptación y entrenamiento pueden variar. Algunas yeguas se adaptarán rápidamente a la silla, mientras que otras pueden requerir más tiempo y paciencia. En cualquier caso, es fundamental respetar el ritmo individual de cada yegua y no forzarla a realizar acciones que le generen estrés o incomodidad.
Una vez que la yegua se siente cómoda con la silla y ha retomado su ritmo de entrenamiento, podemos comenzar a trabajar en ejercicios más avanzados. Estos incluyen trotar, galopar y realizar diferentes ejercicios de doma para mejorar su condición física y habilidades.
Además del entrenamiento físico, también es importante trabajar en la confianza y relación entre el jinete y la yegua. Esto se logra a través de una comunicación clara y una actitud positiva. La yegua debe sentir que se le respeta y se le brinda seguridad, lo que facilitará su disposición y rendimiento durante las sesiones de entrenamiento.
En resumen, el proceso de ensillar y entrenar una yegua después de un período de embarazo y parto requiere tiempo, paciencia y dedicación. Es fundamental mantener una actitud respetuosa y positiva hacia el animal, brindándole la confianza y seguridad que necesita para sentirse cómoda durante todo el proceso.
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