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Bienvenidos una vez más al artículo web de hoy. En esta ocasión, vamos a hablar sobre cómo mejorar la posición en la equitación utilizando diferentes herramientas y ejercicios. Sabemos que la correcta posición de la mano, la espalda y la pierna son fundamentales para tener una comunicación efectiva con el caballo y lograr un rendimiento óptimo. Por eso, en este artículo, vamos a explicar tres «castillos» o ejercicios que nos ayudarán a mejorar en estas áreas.
Antes de comenzar, es importante mencionar que es fundamental contar con la supervisión de un profesional al realizar estos ejercicios. Siempre es mejor tener a alguien que nos guíe y nos ayude a realizarlos de manera correcta para evitar lesiones o malos hábitos.
Castigando la mano
La mano es un elemento clave en la equitación. La posición correcta de la mano es a unos 10-12 centímetros entre la cruz y la mano, y entre el estómago y la mano. Además, la mano debe ser suave y mantenerse estable, ya que cualquier movimiento excesivo puede interferir en la comunicación con el caballo.
Para mejorar la posición de la mano, podemos utilizar pesas en forma de pulsera en la muñeca. Estas pesas, que pesan medio kilo cada una, nos obligan a hacer fuerza para levantar el antebrazo sin mover la mano. Además, al utilizar las pesas, formamos una posición en forma de «L» con el brazo, lo cual es ideal. Al principio, puede ser incómodo y requerir un esfuerzo extra, pero a medida que vamos acostumbrándonos, notaremos una mejora significativa en la estabilidad y suavidad de nuestra mano en la rienda.
Corrigiendo la espalda y el asiento
La posición de la espalda y el asiento es crucial para lograr una buena comunicación y equilibrio con el caballo. Una espalda correctamente alineada nos permite tener un asiento sólido y estable. Para corregir la posición de la espalda, podemos utilizar un palo, preferiblemente de unos dos centímetros y medio a tres de diámetro, colocado entre la espalda y los codos. Este palo nos ayudará a mantener una posición correcta de la espalda y nos obligará a tener los brazos en forma de «L» también. Es importante recordar que este ejercicio debe realizarse bajo supervisión y tener cuidado para no generar una tensión excesiva en la espalda.
Estabilizando la pierna
La estabilidad de la pierna es otro aspecto fundamental para una buena equitación. El problema común es que muchas veces no colocamos el pie con la suficiente firmeza en el estribo, lo que provoca que la pierna se balancee y no haya un contacto directo con el caballo. Para corregir esto, podemos utilizar una cuerda para atar el estribo a la cincha, evitando así cualquier movimiento excesivo. Este ejercicio nos ayudará a mantener la pierna quieta y en contacto constante con el caballo, lo cual es imprescindible para una buena comunicación.
Es importante recordar que estos ejercicios deben realizarse en momentos controlados y con cuidado. No todos los caballos o situaciones son adecuados para su aplicación. Por tanto, es fundamental evaluar las circunstancias y contar con el asesoramiento de un profesional que nos guíe en el proceso.
Una vez que hemos trabajado con estos «castillos» y hemos mejorado nuestra posición, es importante seguir practicando y recordar mantener esa posición correcta incluso sin utilizar los ejercicios. La consistencia en la práctica nos ayudará a fortalecer nuestros músculos y nos permitirá mantener una buena posición en todo momento.
¡Esperamos que este artículo les haya sido de ayuda! No olviden consultar otros artículos en nuestro sitio web para obtener más información y estar al día en el apasionante mundo de la equitación. ¡Nos vemos pronto!