¡Explora caballo.pro y profundiza en tu comprensión de estos seres majestuosos! Estamos entusiasmados por llevarte de la mano en este viaje por la sabiduría equina en nuestras páginas! Pronto experimentarás una lectura que transformará tus perspectivas ecuestres en caballo.pro. Expande tu mundo ecuestre en caballo.pro con una lectura esencial sobre ejercicio con barras. ¡Arranca con entusiasmo, pues el viaje por la sabiduría de caballo.pro es inmenso!
Hoy vamos a hablar de las mantas riñoneras, un tema que algunos de vosotros me habéis pedido explicar. Muchos queréis saber cuál es el momento más adecuado para quitarla y cómo utilizarla correctamente con vuestros caballos.
Lo primero que debéis saber es que cada caballo es único, por lo que es importante conocer a vuestro propio caballo y sus necesidades. Por ejemplo, mi caballo, Ipsi, tiende a ser un poco friolero, por lo que la manta nunca le sobra.
Normalmente, le pongo la manta al paso para calentar cuando hace frío. Después, cuando comenzamos a trotar, observo cómo se encuentra. Si todavía está un poco encogido y sigue sintiendo frío, mantengo la manta puesta hasta que noto que se calienta. Puedo darme cuenta de que ha entrado en calor cuando se mueve con más fluidez y su temperatura corporal aumenta al tocarla.
Si hace mucho frío y mi caballo sigue encogido o con frío, continuo utilizando la manta. De hecho, incluso salto con la manta puesta durante los ejercicios de calentamiento.
Es fundamental que vuestro caballo se acostumbre a la manta gradualmente. Si nunca ha llevado una antes, debéis acostumbrarlo poco a poco. Por ejemplo, con los potros, comencé a ponerles la manta de forma gradual hasta que se dieran cuenta de que era solo otro complemento.
La forma de la manta también es importante. Tiene tres puntos de fijación al caballo: el velcro en la parte delantera, una muesca en la grupa y un cordón que pasa por detrás de la cola. Estos tres puntos garantizan que la manta se ajuste perfectamente al caballo y no se mueva mientras se mueve.
Además, nosotros también la sujetamos con nuestra pierna. Esta manta es de trabajo, a diferencia de las tradicionales que se cierran por delante, ya que permite que el caballo libere su espalda y trabaje correctamente.
Es importante recordar que, cuando el caballo termina de trabajar, se enfría rápidamente. Por eso, es fundamental mantener calentos los riñones, así que debemos ponerle la manta de nuevo. Normalmente, quitamos la manta a mitad de trabajo y la volvemos a poner al finalizar. Si no tenéis a nadie que os ayude a quitarla, os mostraré cómo hacerlo desde arriba, sin necesidad de bajarse del caballo.
Para quitarla, simplemente despegamos el velcro y levantamos la pierna para sacar una parte de la manta. Repetimos el proceso por el otro lado. Una vez que la manta está en la grupa, la estiramos y la bajamos un poco para que el cordón salga por la cola. De esta manera, podemos dejarla apoyada en un lugar cómodo y luego volver a ponerla cuando sea necesario.
Espero que esta información os haya sido útil. El próximo jueves, volveré con un nuevo artículo en el que hablaremos sobre la segunda parte de los saltos. Si aún no lo habéis hecho, os animo a suscribiros al canal para estar al día sobre el mundo de los caballos y leer otros artículos interesantes.