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El caballo de silla francés es una raza relativamente nueva que fue oficialmente aceptada en Francia en 1958 y se extendió al resto de Europa en la década de 1970. Esta raza fue creada con fines deportivos en la región francesa de Sant Loop y Normandía, y se caracteriza por ser un animal veloz y apto para deportes, especialmente el salto. En este artículo, exploraremos un criadero de caballos de silla francesa ubicado en el municipio de La Ceja, en el departamento de Antioquia, Colombia.
El criadero San Isidro se dedica exclusivamente a la cría de caballos de silla francesa y produce alrededor de 25 potros al año. Desde hace 35 años, el criadero se ha dedicado a la equitación y a la hípica internacional y nacional. Hace 14 años, comenzaron a trabajar con la raza de silla francesa importando yeguas de Francia con la mejor genética disponible.
Trabajar con esta raza ha sido un desafío, ya que la mayoría de los caballos de salto se producen en Europa, especialmente en Francia, Alemania, Holanda y Bélgica, mientras que en Sudamérica se producen en Argentina y Chile. Colombia no es un país productor de caballos de salto, por lo que el criadero San Isidro ha tenido que buscar estrategias para lograr un lugar en este mercado. Han encontrado tres elementos fundamentales para lograrlo: genética, crianza y alzada.
La genética es crucial para criar caballos de salto de alta calidad. El criadero ha importado yeguas con una excelente genética, algunas de las cuales han participado en competencias sudamericanas, panamericanas y mundiales, lo que garantiza la calidad de su descendencia. En cuanto a la crianza, se cuida minuciosamente la alimentación de las yeguas antes y durante la gestación para asegurar que los potros nazcan sanos y con todas las condiciones necesarias para convertirse en atletas de alto rendimiento. Además, se les proporciona una nutrición adecuada y se les lleva a pastar en los potreros durante el día para que se desarrollen físicamente y socialicen con otros potros.
Uno de los aspectos más destacados de la crianza en el criadero San Isidro es el uso del sistema de cama profunda. Este sistema, desarrollado en Europa y utilizado en Argentina y Brasil, consiste en una cama comunitaria de aproximadamente 40 a 50 centímetros de cisco de arroz. Los caballos duermen en esta cama durante la noche, lo que les proporciona una mayor comodidad y una serie de ventajas. Por un lado, al moverse diariamente, se evita la compactación y se asegura una buena aireación, lo que impide la acumulación de amoníaco y malos olores. Además, el cisco de arroz se va compostando con el tiempo, lo que genera una fuente futura de abono orgánico para fertilizar los potreros.
Otras ventajas de este sistema de cama profunda son la mejora del confort del caballo, ya que duerme en un colchón de 40 centímetros, y la reducción de heridas y estrés. Los caballos viven en comunidad, lo que les permite estar tranquilos y socializar con otros animales. Cuando se les lleva a los potreros para hacer ejercicio, no presentan riesgos de fracturas debido a que han estado moviéndose y haciendo ejercicio durante toda la noche.
En cuanto a la alimentación, los caballos de silla francesa del criadero San Isidro reciben concentrado y minerales adaptados a sus necesidades. Se les alimenta tres veces al día y se les proporciona heno para que tengan alimento durante todo el día. El agua también se cuida minuciosamente, con tanques que se llenan diariamente y se limpian regularmente.
En resumen, el criadero San Isidro ha logrado destacarse en la cría de caballos de silla francesa gracias a la buena genética de sus yeguas, una cuidadosa crianza y el uso del sistema de cama profunda. Este sistema no solo proporciona mayor confort y bienestar a los caballos, sino que también ofrece ventajas en términos de sanidad, reducción de heridas y fertilización de los potreros. Invitamos a todos los amantes de los caballos a conocer este proceso y a seguir explorando el maravilloso mundo de los caballos.
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