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En el mundo de los caballos, se dice que siempre recordarás tu primer caballo. Y eso es cierto. Permíteme contarte sobre mi primer caballo, Smoke. En 2015, adquirí a Smoke, un caballo gris de 15 años de edad. Este caballo fue fundamental en mi desarrollo como jinete. Aunque cometí muchos errores y puse en peligro mi seguridad, él siempre me mantuvo a salvo. Smoke había trabajado como caballo de rancho y en diferentes disciplinas, lo que lo convirtió en un compañero sólido para mis entrenamientos y competencias.
Retiré a Smoke en 2018 debido a una inflamación en una de sus rodillas delanteras. Después de varias visitas al veterinario y pruebas de diagnóstico, decidí dejarlo retirado para que pudiera disfrutar de sus días restantes como un caballo de rancho. Aunque aún lo monto en ocasiones, ahora es principalmente un caballo de ranchero. Su retiro me llevó a reflexionar sobre la importancia de apreciar a estos majestuosos animales y aprender de ellos.
Entonces, ¿quién es mi segundo caballo? Blue Duck, un contraste total con Smoke. En marzo de 2017, compré a Blue, un caballo de 11 años en ese momento. A diferencia de Smoke, Blue era más temperamentalo y nervioso. Necesitaba mucho amor, atención y tranquilidad para superar sus miedos y problemas en la caja de salida. Montar a Blue fue un desafío para mí, pero también me ayudó a mejorar mis habilidades de monta y de equipo. Aprendí a adaptarme a su personalidad y a comunicarme de manera efectiva con él. Blue me enseñó que montar a diferentes caballos con personalidades y botones diferentes mejora mi habilidad como jinete.
Una lección valiosa que he aprendido en mi experiencia con estos dos caballos es la importancia de apreciar verdaderamente a los animales. A veces, nos envolvemos tanto en nuestras rutinas diarias y tareas de entrenamiento que olvidamos tomarnos un momento para simplemente admirar a estos maravillosos seres. Los caballos son criaturas mágicas e increíbles. Su belleza, fuerza y conexión con los humanos son asombrosos. Pasar tiempo sentado frente a ellos, observándolos y disfrutando de su compañía es algo que todos los amantes de los caballos deberíamos hacer más a menudo.
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