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El Guard Lander es una nueva raza de caballo desarrollada en Australia, resultado de cruzar caballos ibéricos y caballos frisones. Este caballo combina la elegancia y los movimientos libres de los caballos ibéricos con la resistencia y la fortaleza de los caballos frisones.
Los creadores de esta raza buscaban desarrollar un caballo que se asemejara a los caballos de guerra medievales, pero que también tuviera las habilidades atléticas de los caballos modernos. El resultado es un caballo majestuoso, con un cuello arqueado y una poderosa musculatura.
El Guard Lander puede alcanzar una altura de hasta 1.70 metros en la cruz, aunque el mínimo permitido en el registro es de 1.50 metros. Los criadores suelen preferir ejemplares de al menos 1.60 metros, ya que se adaptan mejor a la equitación barroca y mantienen una morfología equilibrada.
En cuanto al color, el negro es el más común en esta raza, aunque se permiten todos los colores sólidos. Los colores moteados, como el tigre y el appaloosa, están estrictamente prohibidos. Además, los caracteres blancos en la pelaje no deben ser demasiado grandes.
La cabeza del Guard Lander es noble, con un perfil de nariz recto y ligeramente curvado hacia fuera. Los ojos son grandes y amigables, y el cuello es musculoso y naturalmente arqueado gracias a la influencia de los caballos ibéricos.
Esta raza de caballos, también conocida como War Lander, se empezó a desarrollar en Australia a principios de la década de 1990. El objetivo era crear una raza adecuada para el deporte ecuestre, pero sin perder la belleza y las características únicas de su apariencia.
En Australia, el interés por los caballos frisones había aumentado considerablemente, por lo que era común cruzarlos con otras razas locales. Sin embargo, un grupo de criadores decidió formalizar y desarrollar una nueva raza de caballos, utilizando al caballo ibérico como referencia por sus movimientos libres y su finura.
Para que un caballo sea registrado como Guard Lander, debe ser el resultado de cruzar un caballo ibérico, como un andaluz o una cruza, con un caballo frisón registrado que demuestre su origen ibérico. El ADN de los caballos se registra y analiza para validar la cruza.
Los Guard Landers tienen un temperamento cooperativo y mucha disposición para el trabajo. Gracias a la influencia de los caballos ibéricos, son fáciles de entrenar y manejar. Su versatilidad los hace adecuados tanto para deportes ecuestres como para paseos recreativos.
En los últimos años, el interés por esta raza ha aumentado, y actualmente se pueden encontrar Guard Landers en Suecia, México y Estados Unidos, donde la raza está creciendo en número.
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