El proceso de fabricación de una herradura: Arte ancestral en Sonson

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El arte de la herrería ha sido una tradición ancestral en el municipio de Sonsón, Antioquia. Este oficio, que ha perdurado por más de dos siglos, ha sido de vital importancia para la historia y el progreso de esta región.

La fragua, el lugar donde se trabaja el metal, es el epicentro de este arte. En ella se utiliza carbón de leña, fabricado de manera artesanal, para alcanzar altas temperaturas que permiten fundir el metal y darle forma. Antiguamente, se trabajaba con fuelles de madera para airear el fuego, pero en la actualidad se emplea un motor eléctrico que impulsa el aire a través de tuberías de PVC.

El metal se trabaja a una temperatura específica, ya que si se deja enfriar demasiado, se vuelve duro y difícil de manipular. Por otra parte, si se calienta en exceso, adquiere un tono morado y se vuelve maleable. Este equilibrio térmico es fundamental para obtener piezas de alta calidad, como las herraduras.

Las herraduras han sido elementos clave en la historia de Sonsón. Desde la colonización antioqueña, los colonos transportaban alimentos y suministros en caballos y mulas, por lo que era esencial contar con herraduras que garantizaran la estabilidad y seguridad de estos animales. Incluso personajes destacados del municipio, como el padre de Lorenzo Jaramillo, eran conocidos por su trabajo en la herrería.

En el taller de los Castro, una familia con una larga tradición en la herrería, se fabrican herraduras de forma artesanal. El proceso comienza con la selección de las herramientas adecuadas, que son fabricadas en la propia fragua. La tenaza, el martillo y la pulseta son algunos de los instrumentos utilizados en este oficio.

El primer paso en la fabricación de una herradura es darle forma al «tacón». Esta parte de la herradura se encarga de anclarla al casco del caballo o mula y garantizar su estabilidad. Para ello, se utiliza la bigornia, una pieza del yunque, que permite moldear el metal.

Una vez terminada la forma básica de la herradura, se realizan los agujeros necesarios para fijarla al casco del animal. Este proceso se lleva a cabo con la canaladora y la pulseta, que perforan la herradura y preparan los agujeros para los clavos.

En el taller de los Castro se fabrican diferentes tipos de herraduras, adaptadas a distintos terrenos y necesidades. Las herraduras brocal lado sellado son ideales para terrenos pantanosos, ya que el clavo queda sellado y evita que el animal se hunda en el fango. Por otro lado, las herraduras canalizadas normales son versátiles y se adaptan a cualquier tipo de terreno. Además, existe la opción de herraduras troqueladas, que presentan un diseño especial y requieren un proceso adicional de fabricación.

Este oficio de herrería ha sido transmitido de generación en generación en la familia Castro, quienes han encontrado en él su sustento diario. A pesar de los desafíos que implica este trabajo, como quemaduras y riesgos inherentes al manejo del fuego y los metales, esta tradición se mantiene viva gracias al amor y dedicación de quienes la practican.

La importancia de la herrería en Sonsón trasciende lo puramente económico. Este arte ha sido parte fundamental en la historia y el desarrollo de esta región. Valorar y apoyar el trabajo del artesano es fundamental para preservar esta tradición ancestral y seguir enriqueciendo la cultura de Sonsón.

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