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En este artículo, vamos a describir el proceso de doma racional de un mulo, enfocándonos en los pasos clave para ganar la confianza y el respeto del animal. La doma racional es una metodología basada en el respeto mutuo y en el entendimiento del comportamiento natural del animal.
El primer paso en la doma racional de un mulo es establecer una conexión y una relación de confianza con él. Durante esta fase, es crucial que el mulo se sienta cómodo y relajado con el domador. Si el mulo se mueve, el domador debe moverse con él para establecer una comunicación constante. Una técnica efectiva es utilizar una bandera como una extensión de la mano del domador.
El domador comienza mostrando la bandera al mulo, ubicando su mano en el cuello del animal para protegerse en caso de una reacción inesperada. La bandera se muestra de forma suave, moviéndola de un lado al otro sin pasarla al otro lado del cuerpo. Si el mulo no muestra ninguna reacción negativa, el domador continúa moviendo la bandera de atrás hacia adelante, simulando movimientos similares a los que experimentará cuando se le coloque un disco, una silla o una pierna encima.
A medida que el domador se acerca a la cabeza del mulo, es posible que el animal levante la cabeza y reaccione de manera negativa. En este momento, el domador continúa moviendo la bandera de un lado al otro, buscando esos puntos negativos donde el mulo reacciona. La idea es que el mulo se acostumbre al movimiento y el sonido de la bandera.
Cuando el mulo muestra una actitud positiva, como parpadear o bajar la cabeza, el domador deja caer la bandera entre las orejas del animal, indicándole que la bandera no representa ningún peligro. Este paso es fundamental para que el mulo adquiera confianza y se sienta cómodo con la bandera.
Una vez que se ha establecido una buena base de confianza, el domador continúa con el proceso de enseñar al mulo a acostarse. Para esto, se utiliza una correa especial para tomar una de las patas delanteras del animal. Esta correa ayudará al mulo a entender el ejercicio y a tomar confianza para acostarse. Una vez que el mulo ha comprendido el proceso, podrá acostarse sin la necesidad de la correa.
Una vez que el mulo se encuentra acostado, el domador puede tocar puntos específicos del cuerpo que no pudo alcanzar cuando el animal estaba de pie. Es importante que el mulo esté relajado en esta posición, mostrando confianza y aceptación.
Ahora que se ha establecido una mayor confianza con el mulo, el domador procede a enseñarle a moverse. Se utiliza un palo para indicar al mulo que pase una pata sobre la otra y un hombro sobre el otro. Esto ayuda a desarrollar coordinación y flexibilidad en el animal.
Otro aspecto importante de la doma racional es trabajar con la barriga del mulo. Se utiliza una técnica similar a colocar una cuña en una puerta para bloquearla. Si el mulo deja su barriga en un lado, no podrá moverse correctamente en esa dirección. Esta técnica ayuda al domador a controlar y dirigir los movimientos del animal.
A continuación, el domador trabaja en el cuello del mulo, enseñándole a que se flexione y se mueva de manera lateral. Esto se logra aplicando presión en el cuello y liberándola cuando el animal responde de manera positiva. El objetivo es que el mulo se acostumbre a mover su cuello y cabeza con facilidad.
Después de trabajar en el cuello, el domador se enfoca en la cara del mulo. Para esto, se utiliza una herramienta llamada «3 en 1», que actúa como una cuña para relajar los músculos de la cara. El objetivo es llevar la cara del mulo hacia el hombro, tocando el hombro con la punta del hocico.
Una vez que el mulo ha sido trabajado en todas estas áreas, está listo para ser montado. En este punto, el animal ha ganado confianza y ha desarrollado una conexión sólida con el domador. El resultado es un mulo dócil y dispuesto a ser montado sin problemas.
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