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En este artículo, vamos a hablar sobre una práctica nocturna de doma de caballos que tuvo lugar recientemente.
Era alrededor de las 6:15 de la tarde cuando comencé a preparar a mi caballo, Blue, para la práctica.
En lugar de esperar a llegar al lugar de práctica, decidí ensillarlo en casa para ahorrar tiempo. Así, cuando llegara, estaríamos listos para comenzar sin demora.
Una vez que tuve a Blue ensillado y en el remolque, no coloqué la divisoria ya que esta puede ser un poco estrecha con la silla de montar y todo lo demás.
En cambio, dejé el espacio abierto.
Até a Blue en la parte delantera para asegurarme de que estuviera listo para empezar cuando llegáramos.
Tomamos el camino y nos dirigimos a la práctica.
Fue una noche hermosa para domar caballos, y aunque Blue tuvo un buen desempeño, parecía estar un poco sensible en los cascos debido a los herrajes que se le hicieron hoy.
No estaba dispuesto a correr completamente hacia el ganado, siempre se detenía un poco antes de llegar al lugar correcto y retrocedía.
Supongo que sus cascos estaban doloridos y por eso se comportaba así; esto suele ocurrirle después de ser herrado.
En lugar de forzarlo a seguir, decidí darle un descanso de unos días para que se recuperara.
Sabía que esto resolvería sus dolores y en poco tiempo volvería a estar en plena forma.
No valía la pena pelear con él.
A pesar de su pequeño contratiempo, Blue hizo un buen trabajo hoy, simplemente no estaba al 100% como suele estarlo.
Después de la práctica, era hora de regresar a casa.
Eran alrededor de las 10:15 de la noche cuando llegamos.
A pesar de lo tarde que era, los caballos estaban allí para recibirnos.
Tuve que correr rápidamente a buscar el alimento de Blue porque no le había dado su grano antes de salir de casa.
Cuando practicamos hasta tarde, suelo darle alfalfa y heno en el lugar y luego le doy su grano cuando llegamos a casa.
Ahora bien, normalmente, mi otro caballo, Smoke, entraría en el establo para comer, pero esta vez estaba un poco cauteloso.
Sabe que Blue lo alejará si intenta acercarse al grano.
En conclusión, fue una práctica nocturna de doma de caballos exitosa, aunque con algunos contratiempos.
Decidí darle a Blue un descanso para que se recuperara de sus dolores en los cascos.
Al final, lo importante era que estaba sano y salvo en casa.
Espero que hayan disfrutado de este artículo y les invite a leer nuestros otros contenidos relacionados con el mundo de los caballos para obtener más información y noticias actualizadas sobre este fascinante tema.