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En este artículo, vamos a abordar un tema que puede resultar de interés para muchos propietarios de caballos. Se trata de qué hacer cuando un caballo, que anteriormente se echaba sin problemas, de repente se niega a hacerlo. Analizaremos las posibles causas de este comportamiento y ofreceremos algunas soluciones prácticas.
Una de las causas más comunes de este problema es un mal manejo del caballo durante el proceso de enseñanza. Cuando intentamos que un caballo se eche, generalmente utilizamos dos herramientas: una fusta y una espuela. La fusta se utiliza para tocar al caballo en la pata y pedirle que se recoja, mientras que la espuela se utiliza para aplicar presión en el costado del caballo y animarlo a echarse. Sin embargo, si se utilizan estas herramientas de manera brusca o excesiva, el caballo puede sentirse ofendido o incluso agredido, lo que hace que se resista a echarse.
Es importante recordar que el proceso de enseñanza debe ser suave y respetuoso hacia el caballo. Evitemos golpearlo con la fusta o aplicar demasiada presión con la espuela. En su lugar, utilicemos un enfoque más suave y gradual.
Una técnica que puede resultar útil es utilizar una cuerda de algodón en lugar de la fusta. Se coloca la cuerda alrededor del brazuelo del caballo y se aplica una suave presión para invitarlo a levantar la pata. Con esta técnica, evitamos cualquier golpe o agresión hacia el animal. Además, es importante mantener la cuerda bien sujeta sin jalar ni soltarla demasiado, para que el caballo se sienta seguro y confiado.
También es importante tener en cuenta la postura del caballo al intentar que se eche. Observemos cómo se comporta naturalmente cuando está en su corral. El caballo suele bajar la cabeza y olfatear el suelo antes de echarse, como si estuviera buscando equilibrio. Debemos permitirle que realice estos movimientos naturales y evitar interferir con ellos.
Es posible que tengamos que repetir el proceso varias veces antes de que el caballo se sienta cómodo y confiado para echarse nuevamente. Será necesario perseverar y ser pacientes, evitando cualquier tipo de maltrato o presión excesiva.
En resumen, cuando un caballo se niega a echarse, es importante evaluar el manejo y la técnica utilizada durante su enseñanza. Evitemos golpearlo o aplicarle presión de manera brusca. En su lugar, utilicemos una técnica más suave y gradual, como el uso de una cuerda de algodón, y respetemos el comportamiento natural del caballo. Con paciencia y perseverancia, podremos resolver este problema y lograr que nuestro caballo se eche nuevamente de manera segura y confiada.
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