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Dentro de las diferentes modalidades de movimiento del caballo colombiano está la trocha y el galope, que es un andar compuesto. En este artículo, el doctor Hernán nos ofrecerá una explicación de las condiciones necesarias para que un caballo se desempeñe adecuadamente en esta modalidad y los criterios de juzgamiento de este movimiento.
Para comprender la trocha y el galope del caballo colombiano, es importante hacer una breve reseña histórica de esta raza. La historia del caballo colombiano se remonta al siglo XVII, cuando algunos caballos norteafricanos llegaron a la Península Ibérica atraídos por los moros. En el siglo XV, durante el segundo viaje de Colón, estos caballos fueron llevados a la isla española que hoy conocemos como República Dominicana. Fue allí donde se criaron los caballos que posteriormente llegarían a firmarse en el territorio colombiano en el siglo XVI.
En Colombia, se identifican dos grandes núcleos de cría del caballo colombiano. El primero se encuentra en la sábana de Bogotá, donde los caballos aprenden a caminar por senderos suaves y controlados. El segundo núcleo se encuentra en Antioquia, donde los caballos deben trabajar en senderos y caminos agrestes, con mucho fango. Aquí, los caballos comienzan a levantar sus manos y sus patas, creando un movimiento similar a los pistones.
En esta época, se empezó a crear la raza del caballo de paso colombiano. Los chalanes arrendadores comenzaron a exigir un paso más suave a los caballos, y así nacieron las cuatro modalidades de movimiento: el trote y galope, la trocha, el paso fino y la mora. En este artículo nos centraremos en la trocha y el galope.
La trocha es un aire de cuatro tiempos por diagonales. El caballo apoya primero el anterior izquierdo, luego el posterior derecho, después el anterior derecho y finalmente el posterior izquierdo. Su sonido característico es «atrás, atrás, atrás, atrás».
Por otro lado, el galope es un aire de tres tiempos en el que el caballo se impulsa primero con el posterior derecho, seguido del posterior izquierdo y finalmente del anterior derecho. Su sonido característico es «14, 14, 14, 14».
A continuación, podemos apreciar cómo se desenvuelve el caballo en competencia en cámara lenta, lo que nos permite apreciar con mayor certeza los movimientos del caballo.
Es importante destacar que el caballo de paso colombiano debe cumplir con ciertas condiciones especiales para poder ejecutar la trocha y el galope adecuadamente. La trocha no puede ser demasiado rápida, debe ser de ritmo medio rápido para que el cambio al galope sea suave. Si el ejemplar tiene una trocha rápida y refinada, le costará dificultad cambiar al ritmo lento del galope de forma natural y armónica.
A lo largo de la historia, hemos tenido ejemplares importantes que se han destacado en la trocha y el galope. Sin embargo, estos ejemplares han sido esporádicos y su frecuencia ha sido baja en comparación con la población total de caballos de esta modalidad. Si comenzamos a cruzar caballos de la misma modalidad, tanto los padrotes como las yeguas, podremos concentrar la sangre y mejorar genéticamente este movimiento.
En conclusión, la trocha y el galope son modalidades de movimiento del caballo colombiano que requieren condiciones especiales y ritmos adecuados. A través de la crianza selectiva, podemos mejorar genéticamente esta raza y asegurar que los caballos se desempeñen de manera óptima en estas modalidades. Si estás interesado en saber más sobre el mundo de los caballos, te invitamos a leer otros artículos en nuestra web para mantenerte actualizado.