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Los caballos romanos son una raza de caballos con un pelaje muy particular, compuesto por pelos de dos colores. Siempre tienen pelo blanco en su cuerpo, pero el otro color puede ser cualquier color básico para los caballos. Esta combinación de pelos se encuentra únicamente en el tronco del caballo, dejando las patas, la cola y la cabeza solo con pelos de color.
Uno de los pelajes más comunes en los caballos romanos es el rábano azul, que se utiliza para aquellos caballos que tienen un pelaje de fondo negro. La combinación de pelos negros y blancos crea una mezcla que se asemeja al color azul. Otro pelaje común es el rábano rojo, que se utiliza en caballos color alazán con el patrón romano. Por último, encontramos el rábano colorado, que se utiliza en caballos colorados con el patrón romano.
Es importante destacar que algunos caballos romanos tienen más pelo blanco que otros, y su apariencia puede variar dependiendo de la temporada. Parecen tener un pelaje más blanco cuando tienen el pelo corto de verano, y más oscuro cuando tienen el pelo largo de invierno.
Además de su peculiar pelaje, los caballos romanos presentan otras características curiosas. Si la piel sufre algún daño o marca, el pelaje crece en un color sólido sin pelos blancos, dejando una especie de «tatuaje» en el cuerpo del caballo. También es importante destacar que los caballos romanos se pueden confundir fácilmente con otros patrones de pelaje, como los tornillos o los grillos.
Los tornillos, al principio, pueden parecer caballos romanos, pero aclaran su pelaje a medida que envejecen, a diferencia de los romanos que mantienen su color a lo largo de su vida. Por otro lado, los grillos son de color sólido y parecen azulados debido a la baja cantidad de pigmento en cada pelo, no por pelos blancos intercalados.
Existen algunas otras razas de caballos que presentan características similares a los romanos, como el rabicano y el barniz Appaloosa. Sin embargo, estos se diferencian de los romanos por las características propias de su patrón de pelaje.
Los caballos romanos son muy apreciados en las razas de tipo vaqueras, como el cuarto de milla, ya que se considera que no hay un caballo más «vaquero» que un cuarto de milla romano azul. Sin embargo, es importante mencionar que no existen caballos árabes que sean verdaderos romanos, aunque algunos caballos árabes pueden tener pelajes que se asemejan a los romanos.
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