Caballos Ibéricos: Lusitanos y Andaluces

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El caballo lusitano y el caballo andaluz son dos razas de caballos de origen ibérico que comparten una historia y características físicas similares. Si bien legalmente se consideran dos razas diferentes, genéticamente forman una línea común.

El origen del caballo lusitano se remonta a la época de los romanos. Este caballo, cuyo nombre proviene de la región de Lusitania en la antigua Roma, era conocido por su velocidad y capacidad de fecundar a cualquier yegua. Su fama se atribuía a los poderosos vientos del poniente.

Existe una teoría que sugiere que el lusitano es simplemente una variante del caballo andaluz. Se cree que debido a diferentes condiciones en las que se criaron, cada raza desarrolló características distintivas, aunque poco notorias. Esto es similar a lo que sucedió con los cuartos de milla, que aunque pertenecen a la misma raza, se dividen en tres líneas diferentes.

El lusitano y el andaluz son caballos de tipo barroco y se consideran dos de las razas de montar más antiguas de Occidente. Tienen una alzada a la cruz que va desde 1.50 a 1.60 metros, y son aceptados los mismos pelajes, como colores sólidos y el tornillo. Son reconocidos por su bravura, flexibilidad y nobleza, lo que los hace adecuados para la monta, el rejoneo y la doma clásica.

Ambas razas tienen un tronco fuerte, una grupa redondeada, una cola baja y un paso amplio. Su elegancia al caminar es una de sus características distintivas. Además, tienen extremidades alargadas, una cabeza bien proporcionada y orejas finas y expresivas. Son conocidos por su capacidad para ejercicios de alta escuela, manejo de ganado y también pueden rendir en disciplinas como el salto.

Tanto el caballo lusitano como el andaluz comparten un origen común en la península ibérica y tienen influencias de los caballos sorraia y árabes. Estudios de ADN han demostrado que sus antepasados son estos caballos.

Historicamente, estos caballos fueron considerados de gran utilidad en la guerra, la agricultura y la caza. El lusitano estuvo aislado en la zona sur de Portugal y España, pero con la entrada de diferentes tribus africanas alrededor del año 3000 a.C., comenzó a cruzarse y recibir influencias de estas civilizaciones.

No fue hasta que Juan Quinto de Portugal decidió crear una caballería de caballos portugueses que el lusitano comenzó a destacar. En este punto, ambas razas comenzaron a separarse, ya que los reyes de España también querían tener los mejores caballos. Aunque comparten la misma base genética, cada raza fue cruzada y seleccionada hasta obtener características diferentes y separar sus libros de registros.

Hoy en día, tanto el lusitano como el andaluz son muy apreciados en España, Portugal y en otros países como Brasil, Francia y México. Además, tienen fanáticos en Bélgica, Alemania, Italia, Reino Unido y Holanda.

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