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Los caballos son animales gregarios que tienen una tendencia natural a vivir en manada. Dentro de una manada, se establecen reglas y una jerarquía, lo que es de vital importancia para cualquier actividad que se realice con ellos. Si se desea trabajar con un caballo, es fundamental comprender su comportamiento, entender por qué pueden mostrarse tercos frente a los comandos y conocer sus necesidades. Solamente un caballo satisfecho y cómodo responderá correctamente a las órdenes de su dueño.
En un artículo anterior, exploramos la importancia de realizar una buena toma para determinar los trabajos o actividades deportivas que se pueden realizar con caballos. Existen diferentes formas de iniciar la doma en los caballos y de utilizar los primeros aperos en estos animales.
Camilo Bernal, un experto en el trabajo con caballos, nos habló acerca de su experiencia y de cómo se inició en este campo. Comenzó a trabajar con caballos antes de ingresar a la universidad y encontró en el estudio de la técnica equina una pasión que lo llevó a trabajar en una escuela de equitación mientras terminaba sus estudios. Desde entonces, ha estado trabajando con caballos durante más de 20 años, adiestrándolos y desempeñándose como coach profesional en sesiones asistidas con caballos.
Una de las preguntas que pueden surgir al trabajar con un caballo es cómo saber si el trabajo que se está realizando está bien hecho. Según Camilo Bernal, la mejor referencia para evaluar si lo que se está haciendo es correcto es el propio caballo. Es importante prestar atención a las señales que da el caballo, como el levantar la cabeza, mover las orejas o mostrar resistencia. Si el caballo muestra señales de incomodidad o no responde de manera positiva, es necesario revisar el enfoque y encontrar la mejor manera de comunicarse con él.
Otro aspecto crucial en el trabajo con caballos es la paciencia. Los caballos, especialmente los jóvenes, deben ser convencidos en lugar de ser obligados a realizar ciertas tareas. Es esencial establecer una relación de confianza entre el jinete y el caballo, y recordar que el progreso no se logra de la noche a la mañana. Como dijo un adiestrador americano, si progresas un 1% cada día durante 100 días, habrás logrado un progreso del 100%. Es fundamental reconocer y celebrar los avances del caballo, así como tomar el tiempo necesario para lograr los objetivos establecidos.
Además de la comunicación y la paciencia, es fundamental conocer la personalidad del caballo con el que se está trabajando. Cada caballo tiene su propio temperamento y voluntad, por lo que es importante adaptarse a su estilo de aprendizaje y encontrar la mejor manera de motivarlo. Esto implica tener en cuenta que no todos los caballos sirven para todas las disciplinas y que es necesario evaluar si el caballo es adecuado para el trabajo que se desea realizar.
Asimismo, es esencial contar con un espacio adecuado para realizar los ejercicios y lograr los objetivos planteados. El espacio debe ser seguro, concentrado y facilitar la realización de los ejercicios de manera cómoda. Tanto el alojamiento como el espacio de trabajo son fundamentales para el bienestar del caballo y para un aprendizaje óptimo.
En resumen, trabajar con caballos requiere comprender su comportamiento, establecer una relación de confianza y respeto, tener paciencia, adaptarse a la personalidad del caballo y contar con un espacio adecuado. Todos estos elementos son cruciales para lograr un adiestramiento exitoso y obtener resultados satisfactorios tanto para el caballo como para el propietario. Aprender de los caballos y entender qué necesitan es fundamental para trabajar de manera efectiva con ellos.
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