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Desde el inicio de la domesticación del caballo, hemos visto la necesidad de diseñar y utilizar diferentes elementos para hacer uso de estos animales en diversas actividades, ya sea en deportes, trabajo, paseos, guaquería, entre otros. Los aperos son considerados como la «ropa de trabajo» para los caballos, ya que hacen que la monta del jinete sea más cómoda y facilitan las labores de tiro. Alberto Grisales, encargado de la bodega de Atalaya en el Club Campestre de Cali, lleva más de 16 años en el mundo de los caballos y nos ofrece su experiencia y conocimiento en el manejo y mantenimiento de estos implementos.
En la bodega de Atalaya, encontramos una amplia variedad de aperos de todo tipo. Desde sillas y monturas para diferentes disciplinas, como salto y adiestramiento, hasta filetes, protectores, vendas, bridas y otros utensilios de cabezada. Estos elementos se encuentran en una bodega de almacenamiento y tienen una numeración asignada a cada socio del club, lo cual facilita su identificación y organización.
Es importante tener un adecuado mantenimiento de los aperos para evitar lesiones en los caballos. Cada elemento requiere cuidados específicos. Por ejemplo, los filetes o bocados deben lavarse con agua después de cada montada y asegurarse de que no queden residuos de comida o saliva. La cabezada también debe limpiarse con agua para quitar el sudor del caballo y luego aplicar aceite para mantenerla suave y lubricada.
La silla, al haber sido utilizada durante la monta, también debe ser limpiada con un trapo húmedo para eliminar el sudor del caballo. Después, se recomienda aplicar jabón de glicerina y cremas humectantes para proteger y mantener en buen estado el cuero. El pelero, que se coloca entre la silla y el caballo, debe secarse al sol y lavarse regularmente para evitar la acumulación de gérmenes y hongos. Los protectores o vendas deben ser sacudidos para remover la tierra o arena, lavados y luego secados al sol antes de ser guardados nuevamente.
En Atalaya, los aperos se identifican por su color, clase de filete o vocal, y medida. A través de los años, los encargados han aprendido a reconocer los diferentes elementos de cada socio y para qué caballo son utilizados. Esta identificación es fundamental, ya que en ocasiones se solicita el cambio de un filete o cabezada y es importante saber cuál es el adecuado para cada caballo.
El uso de aperos no se limita solo a la monta y protección del caballo. También existen elementos específicos para la doma al cabresto, enseñanza a potros, transporte, entre otros. Cada disciplina y actividad requiere de aperos adaptados que permitan un desempeño óptimo y seguro tanto para el caballo como para el jinete.
En conclusión, los aperos son elementos indispensables para el mundo ecuestre. Su correcto mantenimiento y uso adecuado garantizan la comodidad y seguridad del caballo, así como la eficiencia del jinete en su desempeño. En Atalaya, se encuentran una amplia variedad de aperos, desde sillas y filetes hasta protectores y vendas, y se hace hincapié en la identificación y organización de los mismos. Mantener nuestros aperos en buen estado nos permitirá disfrutar al máximo de nuestras actividades ecuestres y garantizar el bienestar de nuestros compañeros de cuatro patas.
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